EJEMPLO:
Dos amigos de la infancia que toman caminos separados en lo que se refiere a la vida profesional, pero que siguen manteniendo relación en su vida privada. Quedan el primer viernes de cada mes.
Carlos empresario, sector automoción, con trabajadores a su cargo.
Julen trabajador por cuenta ajena, sector construcción.
Un viernes cualquiera, Carlos y Julen acuden a su cita mensual y comentan las cosas normales del trabajo y de la vida.
Julen es el típico que ante los comentarios que Carlos hace de la empresa, sobre decisiones que ha tomado o tiene que tomar, siempre le dice lo mismo: ya verás eso no te va a salir bien, en menudo lio te vas a meter, a ver cómo sales de esta, lo tendrías que hacer de otra forma, etc….
Carlos un día cansado de sentirse juzgado por su amigo Julen (trabajador por cuenta ajena con la única responsabilidad de hacer bien su trabajo) le pregunta:
- ¿Y tú qué harías en mi caso?.
- ¿Cómo gestionarías la situación? Ponte en mi lugar.
A lo que Julen, se encoje de hombros y le dice: no sé, no entiendo tu empresa, esas decisiones las tienes que tomar tú!!!.
En ese momento Carlos, se enfada un poco, y le dice: si no entiendes de mi empresa, si no entiendes mis problemas, si no eres capaz de ponerte en mi lugar, ¿por qué siempre estás juzgándome? Dame soluciones y si no las sabes, deja que yo sea quien acierte o me equivoque, pero ¡no me juzgues!.