Decía Francois de la Rochefoucauld que “ comer es una necesidad, pero comer de manera inteligente es un ARTE”
Nuestro cerebro es un 2% del peso corporal pero es un órgano que demanda mucha energía, hasta el 20% de las calorías que ingieres son para él. Cómo estamos diseñados para sobrevivir, conseguir alimento ha sido una prioridad para nuestro cerebro.
Al igual que el resto de los órganos de nuestro cuerpo, el cerebro se ve perjudicado por el estilo de vida que llevamos, por el tipo de alimentación,….y por el tipo de hábitos que hay en nuestro día a día (alcohol, tabaco, estrés, déficit de sueño, escaso contacto con la naturaleza, escasez de relaciones sexuales,…)
Durante años se ha hablado del eje “Cerebro-Intestino-Microbiota”, y en los últimos tiempos este eje ha cambiado su sentido, pasando a ser, “Microbiota-Intestino-Cerebro”. Y en breve “Microbiota-Intestino-Corazón-Cerebro”.
De aquí se deduce que para que para que mi cerebro funcione de forma óptima, mi intestino (mi entorno gastrointestinal) debe funcionar de forma adecuada.
Te recuerdo que entre el 80% y el 90% de la “serotonina”, la llamada “hormona de la felicidad”, ( aporta paz, tranquilidad, relativización de los problemas,…) se produce en el intestino.
Desde un punto de vista nutricional, una alimentación basada en alimentos y procesados buenos (aceite de oliva, encurtidos, conservas, lácteos de cabra y oveja,…) deben ser la base para un perfecto funcionamiento del cerebro.
Los ultraprocesados (que son productos comestibles y no son alimentos) deben ser reducidos a la mínima expresión. ¿Eso quiere decir que no los puedo consumir ocasionalmente?. Aplica la Ley de Pareto, cuida tu alimentación en un 80% ó 90% y permítete algún capricho (20% ó 10%).
Con un ejemplo lo vas a ver mejor.
Si cada día hago tres ingestas alimenticias (desayuno, comida y cena), eso quiere decir que como veintiún veces por semana. Si diecinueve comidas las cuidas comiendo alimentos (comida verdadera), tendrías opción a “hacer trampa” en dos ingestas.
Por tanto, lo primero, y lo más importante es, tener un buen “patrón de alimentación”.
Hay diferentes estudios que concluyen que “dietas” tradicionales (mediterránea, japonesa, china, alemana, noruega,….) basadas en alimentos y no en productos ultraprocesados favorecen el rendimiento de nuestro Cerebro, así cómo prevenir las enfermedades neurodegenerativas, depresión, ansiedad, o cualquier otra enfermedad mental.
La clave de una alimentación para tener un cerebro con salud, es tomar alimentos que no estén procesados en exceso, (Y desgraciadamente los ultraprocesados son los que más abundan, siendo ya el 40% de los productos que se venden en los supermercados).
Guía básica para elegir alimentos que favorecen, mi cerebro:
Pasate por nuestras charlas de Bienestar para saber más de ti mismo.
BIBLIOGRAFIA
-Sánchez-Villegas, A
“Efectos de la dieta mediterránea en los niveles de BBNF” (2012)
-Sánchez-Villergas, A
“Efectos de la dieta mediterránea en la depresión” (2013)
-American Academy & Neurology
“Control del Nivel de azúcar en sangre para un buen Cerebro”
-Vázquez, M
“Saludable Mente”
-Dispenza, Joe
“Desarrolla tu Cerebro”
Búscate un/una amante es una frase que me cambió la vida. Hay veces que una simple frase, un comentario, un gesto, etc.. te hace un click y modificas cosas y situaciones en tu vida.
La emoción es el proceso automático en el que sentimos cambios fisiológicos en el cuerpo y la conducta para hacer frente a una situación.
Víctima es toda persona que culpa de su situación a los demás. Las otras personas tienen la culpa de sus problemas, de lo que le ocurre, de que se encuentre en tal o cual situación.
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